miércoles, 9 de abril de 2008
Café sin azúcar
Últimamente cuando voy a tomar café con mis compis de trabajo, en la cafetería nos sirven el café acompañado del típico sobrecillo de azúcar. Hasta ahora no me había fijado en ellos lo más mínimo. Me limitaba a abrirlos y a espolvorear su contenido en el fondo de la taza. Quizá simplemente decían “Gracias por su visita”, “Que aproveche” o alguna tontería por el estilo. Pero el caso, es que desde hace un par de semanas, sus envoltorios han comenzado a resultar inquietantes: vienen acompañados de frases baratas de contenido supuestamente moralizante. Aquí dejo alguna de las “perlas” con las que me he encontrado:
-No somos felices, porque somos tacaños para la felicidad con los demás.
-Todo hombre tiene una parte de ángel y otra de demonio.
Total, que sé que me vendrá bien renunciar al azúcar durante una temporadita. Probablemente lo próximo, sea el café.
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3 comentarios:
Ya veo que se calientan mucho la cabeza... Por favor ni que la azucar fuese una droga... Bueno y ya lo de la felicidad... Si dependiera de nosotros seríamos felices las 24 horas y reducirla sólo a un sobre de azucar deja mucho que desear.
Te han enseñado la fórmula equivocada. Hay que tomar anís con un poco de café. Y olvídate del azúcar.
Pues los hay que coleccionan los sobrecitos. Y tienen álbumes llenos. Cosas veredes...
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