lunes, 24 de noviembre de 2008

Códigos de barras


Sonrisas solidarias que llenan huecos indescifrables. La lectura intransigente de los códigos de barras. El despertar de las horas en la falsa matemática de la perspectiva isométrica. Y cuando miramos con cierto ojo crítico hacía lo cotidiano, descubrimos que hay cierto resplandor en cada una de las piezas del baño. Encendemos la luz, y concentramos nuestra mirada fija en el vacío. Y nos damos cuenta de que todo es apariencia. Los tabiques de pladur son los límites puros del territorio inexplorado de nuestros ojos y sus percepciones distorsionadas. Luego están los diferentes colores, que simulan ventanas del alma, a las que nos asomamos cada mañana buscando el punto exacto de corte de la tierra con el cielo. Como si quisiéramos abrazar la fe con una simple coordenada, un ángulo, o una formula matemática.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Horizontes de papel


Horizontes que se pierden. Luces atrapadas en iris cansados. El silencio de las madrugadas forzadas. El frío en el exterior, siempre el frío. Maniobras de distracción. Penitencias inamovibles de hombre sereno. Ojos que se pierden en caminos que nunca llevan al norte. El vicio de las matemáticas, la gracia apagada del verbo. La espera. La redención. La promesa. La sospecha. El pensamiento y la repetición. Errores que suman y siguen. Atajos de teclado. Golpes sobre las letras impresas. Alguien lee ABC, y se escucha sólo el timbre de la maquina registradora. Los dedos acarician sombras y abren heridas. Se puede hablar con el silencio. Se puede callar con la distancia. Y el infinito termino de las verdades más insospechadas. La generación perdida, y sus neuronas deshidratadas cruzando desiertos que ocultan oasis de alcohol. Horas y más horas. Luego, la expiación. El ruido de los caballos galopando sobre el corazón. La lente fija del televisor. La soledad de la nevera en la cocina, ronroneando a la noche. Y hay pasillos oscuros en la madrugada que es mejor no volver a recorrer. Suelos de terrazo que amortiguan el ruido de las pisadas. Puertas que un día fueron árboles. La blancura del papel. El filtro de la razón, la medida justa de la alegría. Hablar por hablar. Volver por volver.

lunes, 10 de noviembre de 2008

De mesa y mantel

Cuando la imaginación comienza a fallar, lo mejor es volver a los temas cotidianos. Así que me quedo con la comida:

Una buena patata de corte doblado (mis favoritas) que te dio la felicidad durante al menos tres segundos, bien merece una foto:



Y que mejor que un vermouth para el aperitivo. Mirando a través de su cristal todo adquiere una nueva dimensión.



Una cazuelita de gambas que huele que alimenta.



Falsos mitos sobre el orujo: lo de que mejora la digestión nada de nada. Pero si no tienes nada mejor que hacer, mejor dormir la siesta.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Mi primera lección de historia

Mis primeros conocimientos históricos: Mi padre me llevó de pequeño al cine a ver la particular visión del descubrimiento de América de Pajares y Esteso. Todo un clásico para iniciarse en la historia y reírse un rato.