A Jorge Romero deberían de erigirle una estatua ecuestre en Hollywood, por haberle dado impulso a un género propio del cine de terror, el de los zombies, que por lo visto, como sus protagonistas, nunca morirá, pues cada cierto tiempo resucita con nuevas fuerzas. Este es el caso de la serie the walking dead, una más de las sabias recomendaciones (que no consejos) del señor GintonicDream.
En esta serie cuya primera temporada concluyó hace unos días, los protagonistas, más que los eternos perdedores, que suelen ser los vivos que huyen hacía ninguna parte, son las distintas reacciones humanas ante lo inesperado, el peligro, el dolor. La serie está inspirada en un comic de éxito.
En la adaptación televisiva, los zombies aparecen en segundo plano fastidiando a todo bicho viviente que se les cruza por el camino, como no podía ser de otra manera. A pesar de que la sociedad parece haber caído en picado, los vivos seguirán complicándose entre ellos la existencia y de paso, poniéndole fácil a los zombies su abastecimiento cotidiano de alimento.
La serie es digna de ver, os guste el género o no. Me quedo con los grandes planos de la ciudad de Atlanta desolada, que hablan por si solos.
Por lo demás se deja abierto el eterno debate, de si los zombies son una representación de una sociedad que fabrica individuos consumistas, cuyas metas se centran en alcanzar unas nuevas zapatillas de deporte verdes, o el último móvil con cámara de 300Megapixeles.
En esta serie cuya primera temporada concluyó hace unos días, los protagonistas, más que los eternos perdedores, que suelen ser los vivos que huyen hacía ninguna parte, son las distintas reacciones humanas ante lo inesperado, el peligro, el dolor. La serie está inspirada en un comic de éxito.
En la adaptación televisiva, los zombies aparecen en segundo plano fastidiando a todo bicho viviente que se les cruza por el camino, como no podía ser de otra manera. A pesar de que la sociedad parece haber caído en picado, los vivos seguirán complicándose entre ellos la existencia y de paso, poniéndole fácil a los zombies su abastecimiento cotidiano de alimento.
La serie es digna de ver, os guste el género o no. Me quedo con los grandes planos de la ciudad de Atlanta desolada, que hablan por si solos.
Por lo demás se deja abierto el eterno debate, de si los zombies son una representación de una sociedad que fabrica individuos consumistas, cuyas metas se centran en alcanzar unas nuevas zapatillas de deporte verdes, o el último móvil con cámara de 300Megapixeles.
5 comentarios:
El tanque, el hospital, el CDC...Son tantas cosas a recordar de la serie.
No me engancho con series, pero me llamo la atención, porque es mi hijo que la ve y lo descubrí cuando vino a cenar a casa. Cenamos y la miramos juntos, claro no entendí nada. Así que el tuvo que contarme.
Y bue...
Un beso!
Tomo nota y te dejo un abrazo.
supersalva: la serie no tiene desperdicio.
Cecy: La verdad es que la serie, su trasfondo llaman bastante la atención. Nadie se había atrevido con una serie de zombies.
sr Lycans: No te arrepentiras de verla.
A veces parece que la sociedad ha perdido el norte, pero basta con miraros para darme cuenta de que no todos lo han perdido.
Publicar un comentario