
Mañana empiezo las vacaciones y llevo el blog algo descuidado. El stress de la vida moderna y todas esas cosas. Pero bueno, algo de tiempo saco aunque sea para ver alguna peli. Esta vez la elegida, más bien ella me eligió a mí, fue Acantilado Rojo.
Una película épica de John Woo que nos traslada a la China del siglo III dc. El argumento se podría resumir en una frase: "ejércitos de cientos de miles de soldados machacándose entre sí". El paraíso de los extras y figurantes. Pero lo cierto es que se pueden sacar algunas lecturas más. China es un país gigante. Millones de gotas de agua forman un océano, algo parecido les pasa a ellos. Y cuando quieren rodar una cinta mastodontica, lo consiguen. En esta superproducción vemos a las masas combatir entre sí, en una sinrazón extrema. Luego están los líderes, minorías que pretenden buscar un sentido filosófico, una justificación, a tanta muerte gratuita. Si hay dos motivos realmente para verla son por un lado, las impresionantes batallas campales y por otro las dosis de estrategia que emplean los generales. Cosa que en algún momento recuerda a los siete samuráis de Kurosawa (pero muy poco vamos).
Quizá acabemos dentro de un tiempo viendo por centenares, películas de guerra de la china milenaria, como con los clásicos western, que dicho sea de paso, pese a su alto contenido en dosis de entretenimiento están muy vistos y resultan menos históricos. Ya casi todos sabemos que Samuel Colt inventó el revólver.