
La historia, la he visto reproducida en algunos lugares, pero no sé quien es el autor.
Había una vez, un granjero que tenía un caballo en el que había invertido gran parte de sus ahorros. Un buen día, el animal enfermó, y el veterinario le dijo al granjero, que si en dos días no mejoraba, el caballo debía de ser sacrificado.
Fue en esto, que apareció el cerdo, y se puso junto al caballo y lo animó para que se recuperase:
-Vamos, amigo tienes que recuperarte, sino lo haces el granjero te sacrificará. Tienes que sacar fuerzas de tu interior y seguir adelante.
El caballo pese a que se sentía completamente derrotado, hizo un esfuerzo y se puso en pie. El cerdo lo animaba en todo momento para que no desfalleciera, para que no se dejara caer.
Al cabo de los dos días, el granjero comprobó maravillado, la asombrosa recuperación del caballo. Se sentía tan contento, que reunió a vecinos y amigos, y les dijo:
-Hoy es un gran día, mi mejor caballo vivirá, para celebrarlo, mataremos al cerdo, y haremos una gran fiesta.