viernes, 29 de noviembre de 2019
Voy recomendandole a Ramón sitios en los que comer y beber bien en Murcia por un precio razonable. Él se para frente a las fachadas para echar una foto con el móvil y que se lo añada a google maps, aunque su novia que aún no ha vuelto de trabajar, no lo sepa. La tecnología, la puta tecnología. Aunque si que es verdad, que pese a todo, siempre hay que tener una buena agenda de bares. Por lo que pueda pasar. Y Yo le digo que conozco bien esta ciudad (me hago el interesante) pero todavía me engañan con la cuenta los camareros en algún bar cuando voy algo chispado. La suerte no te toca. La sientes, aunque La serpiente nunca descansa mientras la piensas. Se enrosca en tu mirada perdida. La oscuridad y el miedo. Mientras te recuerdo, la habitación vacía. Somos lo que sugiere un disco, una mitad partida que se comprime en una canción, en un minuto. Nos soñamos, nos tocamos y conjugamos, como el fuego tibio a la locura. Putas y caballitos girando a nuestro alrededor. Amo esta dicudad a la par que la odio. Como a la vidad misma. Sin embargo, y pese a todo, no consiento que nadie hable mal de ella delante de mí.
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1 comentario:
Un regalador de consejos, un zar de la concordia... ¿Qué será lo próximo?
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