domingo, 19 de junio de 2016


Hay dos cosas que nunca deberías de olvidar de un viaje. La primera, y la que los puristas definirían como la mejor, siempre son los recuerdos, aunque como bien decían en Desafio Total, podrían ser implantados o artificiales. La segunda serían las botellas que te traigas de recuerdo, licores que al probarlos nuevamente te recuerden la experiencia vivida. De mi viaje a Polonia, aparte de los recuerdos siempre me quedarán los soplicas, los chupitos de vodka aromatizado, que de alguna manera, cuando me encuentro de bajón, me recuerdan que un día estuve allí, y algo disfruté.

1 comentario:

supersalvajuan dijo...

Soplica para soplar. Nombre justo.