sábado, 21 de julio de 2012
ocho quilates, una historia de la edad de oro del software español
Yo llegué un poco tarde a la generación de los 8 bits. Corría el año 1988, era un crío, y mi padre hizo un desembolso potente de dinero de la época y me regaló un Amstrad CPC 6128. Atrás quedaban las largas tardes admirando el MSX Toshiba de mi vecino Maxi.
Nuestro país, como en tantas otras cosas, había llegado tarde a la carrera del desarrollo de software para micro-ordenadores, pero recuperó bastante terreno, a través de la elaboración de videojuegos de calidad, gracias a la iniciativa de una serie de chavales autodidactas que pusieron empeño e ilusión en exprimir aquellos rudimentarios equipos, y consiguieron, que a finales de los ochenta, España se convirtiera en una potencia a tener en cuenta en el desarrollo de videojuegos.
Ocho quilates, una historia del software español, escrito por Jaume Esteve, en su primer volumen (el segundo saldrá para septiembre) relata las peripecias de los pioneros: Paco Suarez, que escribía programas sin tener ordenador, y que crearía el primer videojuego español, la pulga, que saltaría al mercado inglés convirtiéndose en número uno. A los jovenes hermanos Ruíz, que crearían Dinamic, pseudonimo de calidad, dentro y fuera de nuestras fronteras, y a otros grandes como Made In Spain y Opera. Una generación que aguantaría en primer plano unos cuantos años, hasta 1992 aproximadamente, y que dieron lo mejor de sí, en un época en la que en el extranjero la etiqueta de software español solía ser sinónimo de garantía.
El libro hace hincapié en todos los detalles: elaboración de juegos, entrevistas con los programadores, acompañado de numerosas ilustraciones, y viene a rellenar un hueco que existía dentro del mundillo de los aficionados a los 8 bits.
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1 comentario:
8 bits. Casi ná.
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