domingo, 18 de septiembre de 2011


Sonrisas solidarias que llenan huecos indescifrables. La lectura intransigente de los códigos de barras. El despertar de las horas en la falsa matemática de la perspectiva isométrica. Y cuando miramos con cierto ojo crítico hacía lo cotidiano, descubrimos que hay cierto resplandor mesianico en cada una de las piezas que adornan el cuarto de baño. Encendemos la luz, y concentramos nuestra mirada fija en el vacío. Y nos damos cuenta de que todo es pura (simple y llana) apariencia. Los tabiques de pladur son los límites físicos del territorio inexplorado de nuestros ojos y sus percepciones distorsionadas. Luego están los diferentes colores, que simulan ventanas del alma, orificios del pasado a los que nos asomamos cada mañana buscando el punto exacto de corte de la tierra con el cielo. Como si quisiéramos abrazar la fe con una simple coordenada, un ángulo, o una formula matemática.

2 comentarios:

Eme (Nada que ver con eme dj)) dijo...

Me encanta!!! Creo que hay una realidad por cada persona de este mundo. Un fuerte abrazo

Cecy dijo...

yo creo que siempre es una cuestión de perspectiva y ánimo.

:)