lunes, 21 de junio de 2010
Meterse sin sandalias en el jardín o de cómo un profesor de química comenzó a fabricar metanfetaminas
Por fin he terminado la tercera temporada de Breaking Bad. Y la verdad es que uno se queda con ganas de más. Habrá que esperar muchos meses hasta que llegué la cuarta temporada. Es lo que tiene esto de las series, que nos dejan a la espera.
Breaking Bad es una apuesta fresca, diferente, y a veces surrelista, que plantea una serie de dilemas morales desde el principio. Como trasfondo el pésimo sistema sanitario norteamericano, con sus tremendas desigualdades: Una enfermedad puede arruinar económicamente a una familia. La frustración profesional y económica de la clase media. La tormentosa relación entre Estados Unidos y su vecino del sur, México. La ciudad, sus calles. Todo un submundo ilegal que coexiste silenciosamente, en paralelo con lo políticamente correcto. Unos personajes que crecen, evolucionan y se van adentrando en carreteras que parecen sin retorno. Y todo esto aderezado por una serie de sorpresas y giros en el guión.
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2 comentarios:
NO te digo nada!!!
Otra que veré algún día, más pronto que tarde.
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