Cuando la imaginación comienza a fallar, lo mejor es volver a los temas cotidianos. Así que me quedo con la comida:
Una buena patata de corte doblado (mis favoritas) que te dio la felicidad durante al menos tres segundos, bien merece una foto:
Y que mejor que un vermouth para el aperitivo. Mirando a través de su cristal todo adquiere una nueva dimensión.
Una cazuelita de gambas que huele que alimenta.
Falsos mitos sobre el orujo: lo de que mejora la digestión nada de nada. Pero si no tienes nada mejor que hacer, mejor dormir la siesta.
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6 comentarios:
Para después de comer lo mejor es un azul, pero hace tiempo que no los pruebo.
ufffffffff que hambre me dio viendo la cazuelita¡¡¡¡ jajaja venga un saludo, ahmm y gracias por volver a pasar pormi blog.
un beso
leo
¿Cuándo será la invitación en Bullas?
Que "janbre" me ha dao. Pero me quedo con la siesta.
un lobo en el aperitivo
Es que es verdad, es que da hambre mirar las gambas. Sobre todo si ves la foto a horas previas al papeo (son las 21:13 aquí, :P).
Saludos.
Qué buenas fotografías, captan momentos deliciosos. Completamente de acuerdo con lo de las patatas de corte doblado, no sé por qué saben mejor que las planas, misterios del mundo culinario. La cazuela es impresionante, qué rico solo de verlo. Un buen ágape bien merece ser inmortalizado, sí señor.
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