
Película de B. Bertolucci, basada en una novela de Alberto Moravia, que aborda el tema de los colaboracionistas con el régimen de Mussolini en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. El protagonista, es un hombre serio, muy serio, tanto, que nunca sonríe, e intenta adaptarse a la sociedad en la que vive, por lo que no duda en aliarse con el poder vigente y convertirse en un espía al servicio de la causa fascista.
La perspectiva psicológica no llega a ser muy profunda aunque alcanzamos a ver a un protagonista atípico, reprimido, más cercano al antihéroe, que no responde a valores morales convencionales dignos de elogio, sino más bien al egoísmo puro, de alguien que pese a todo únicamente pretende lograr un puesto relevante en una sociedad condenada a extinguirse. La inmensidad de los grotescos edificios de la era mussoliniana, unida a los paisajes fríos de los alrededores de París proporciona una atmósfera cargada de soledad.