sábado, 18 de agosto de 2012

M, El vampiro de Dusseldorf

Decir que está película es un clásico puede parecer un topicazo, pero lo cierto es que no se me ocurre otra palabra mejor para definir a algo que no pasa de moda. Y es que el tema que se trata en esta película alemana de 1931 es así. Fritz Lang, nos muestra la historia de un asesino de niñas, un psicópata que aterroriza a toda una ciudad, hasta el punto que todos sus habitantes: policías, mendigos y mafiosos pondrán todo su esfuerzo en localizar a dicho asesino. Una historia con tintes expresionistas, que tiene la virtud de utilizar un lenguaje visual y sonoro adelantado a su época, mostrándonos incluso el asesinato de una niña sin necesidad de utilizar ni una sola imagen explicita (vemos un globo sobre un tendido eléctrico) Es aquí donde el talento del director se deja ver, no sólo con una narración excelente, sino con la utilización del sonido como un recurso más que se integra con la imagen para enriquecer la historia, frente a los puristas del cine mudo que creían que el cine sonoro no podía aportar nada bueno.
La película también es un retrato de la sociedad de la época. Los impactos de la crisis económica en la que se veía envuelta Alemania, herencia de la inflación de los años veinte y la demanda de pagos por parte de los Estados Unidos tras la crisis del 29, dejan un ejercito de mendigos que se organizan al estilo alemán, y que movilizados por el crimen organizado de la ciudad, acabarán por encontrar y desenmascarar al psicópata. Mención especial merece el juicio que la mafia y el pueblo realizan al asesino. Un juicio que abre el debate sobre los derechos humanos, la justicia, los enfermos mentales, la pena de muerte, etc,.

miércoles, 1 de agosto de 2012

S.F.W. So fucking what: Me gusta ser inmortal, pero sólo por un rato

Durante los noventa, un buen día, un joven va a comprar cerveza a un super, pero es secuestrado junto a otros jovenes por un grupo de secuestradores que exigen que se grabe todo el cautiverio. Tras 36 días sólo sobreviven una chica y él. Cuando sale al exterior descubre que se ha convertido en una estrella mediática, su filosofía de vida resumida en una frase que vale para todo: "Y que coño importa" ha dejado huella en la sociedad. A partir de ahí, su vida tendrá cierto sentido agridulce: pasotismo a tutiplen y muchas heineken. En resumen: Una peli original, llena de frases para pensar, y de la que quizá se podría haber sacado un poco más de partido, con un poco más de ritmo, pero aún así merece la pena verla.