lunes, 14 de febrero de 2011
Enterrado
Conseguir que los espectadores no se aburran viendo una película que se desarrolla en unos escasos (muy escasos) metros cuadrados es muy difícil, pero esta lo logra. Uno de los grandes temores de todos los tiempos, el ser enterrado vivo, se hace realidad como una pesadilla para un americano cualquiera (o casi cualquiera). Lo interesante siempre es pensar con que cosas puedes contar: un mechero, un móvil para acceder al Twitter, una petaca de tu bebida favorita, y pastillas contra la ansiedad.
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1 comentario:
No la he visto, pero me promete. Cuando acabe El Séquito, quizás.
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