
Con este título un tanto murcianizado se puede definir a esta serie cuya primera temporada acabo de consumir junto con los últimos restos de mis vacaciones. La serie podría definirse como una mezcla entre la acción de Gladiator, efectos especiales a lo Matrix, sangre y sangre por un tubo, y escenas erotico-festivas. Ah, y más sangre, y algún que otro higadillo. Porque se ve que en el cine la sangre es lo que la cafeína a los caramelos, barata de producir, y por lo tanto para cuidar la salud no conviene abusar de ella.
Aun así, si os gustan las series de acción, merecerá la pena.