miércoles, 3 de febrero de 2010

El miedo


Gabriel Chevallier fue uno de los millones de soldados que combatieron en la Gran Guerra, y tiempo después publicó como algunos otros sus vivencias. Cuando leemos el miedo, vemos el reflejo de una época, de unos hombres que fueron a luchar todavía creyendo en los ideales caballerosos y románticos (si es que alguna vez han existido en una guerra) de las batallas del siglo XIX. Esperaban otro Sedan: Unos pocos días de batalla, pasear los vistosos uniformes rojos y azules, machacar a los alemanes y volver a casa para recibir la admiración de sus conciudadanos. Pero lo que encontraron fue la oscuridad de las trincheras, la miseria de la muerte cotidiana y el sálvese quien pueda. Y la principal recompensa ya no sería la admiración de los padres, ni de las mujeres, sino sobrevivir. A los currantes de la trinchera poco les importaba quien pudiera ganar la guerra, sino volver a casa. Leer "el miedo" es sentir esos escalofríos de la eterna espera a saltar de la trinchera sabiendo que un obús te pueda partir en dos. Leer "el miedo" es sentir que no es la primera ni la última vez que alguien escribe sobre las miserias de la guerra. Si la guerra es tan mala, y hay gente que nos muestra su infierno, volvemos a la eterna pregunta ¿por qué siguen apareciendo nuevas guerras?

1 comentario:

Cecy dijo...

Eso me pregunto, yo.